Reinventando la vía a Barbasquillo en Manta-Ecuador

PROPUESTA URBANA
Manta. Manabí. Ecuador.
2015

Nivel de Idea.

Propuesta: BOJORQUE-CONSTRUCCIONES

Saludos cordiales.

Quitar espacio a los vehículos es la nueva consciencia pública en el devenir urbano. Durante la segunda mitad del siglo XX  e inicios del siglo XXI los automóviles tomaron preponderancia en el trazado y configuración de las ciudades. Las normativas de municipios y estados se complicaban buscando espacio para dar cabida a la creciente industria del automotor aplicada en la vida de los ciudadanos. No se podía pensar una ciudad sin los espacios de circulación de carros particulares y los espacios para aparcarlos. Fuentes de soda, supermercados, restaurantes, bancos, comercios, se diseñaban con la intención de hasta atender a los conductores sin que abandonen su habitáculo automotriz. Los peatones eran los inexistentes habitantes de las urbes. El peatón salía sobrando, no tenía derecho alguno por sobre los automóviles, por sobre los conductores de los mecánicos instrumentos. Las calles se convirtieron entonces en pistas, en autódromos que no cedían un centímetro a los asustados transeúntes. Las cosas han cambiado y se entiende, se comprende y de a poco se hace consciencia de que trazados inapropiados de las ciudades causan el mal uso del automóvil. Ya no se endiosa, ni se culpa al automóvil, es este un aparato que ayuda al desarrollo. Es la ciudad la que permite la degeneración del hábitat humano al convertir al automóvil en el rey de ella, olvidando a los seres humanos, a los peatones, quienes son los reyes de la ciudad.

Ahora hemos de hacer ciudades conscientes que resultan de la transformación de las mismas ciudades modernas en las que vivimos. Ciudades conscientes que enaltecen a sus ciudadanos. No se trata de crear nuevas urbes, nuevos entornos. No. Eso es injusto y derrochador. No queremos grandes artificios teóricos de urbes utópicas en donde los seres humanos son nuevamente objetos de experimentación. Hemos de servirnos de lo que tenemos y reinventarlo.

Esa reinvención es fabulosa, es sana y armoniosa.

En el caso propuesto, una linda ciudad tomada por el hombre sobre terrenos maravillosos al pie del mar, puede convertirse en un paraíso artístico, deportivo, cultural, tan solo apropiándose de aquellos espacios cedidos sin ton ni son al automóvil. Espacios que florecerán en el sentimiento ciudadano, quién tomará para sí la sanidad del contacto directo con la ciudad y no a través de cuatro rudas.

Una linda ciudad quiere serlo en demasía...!

Atentamente

Erick Bojorque Pazmiño